De pronto te reverbera el deseo, furioso, salta hacia atrás para contener su impulso. Desnudo contra la blanca pared, mirara desde tu inmovilidad, mi sexo derramado, entre tactos de hilo y la contraluz fría de este silencio.
Mis desgarrados movimientos en mi cuerpo que se cierra, se vuelve espiral y grito ahogado. Siento tu deseo tintineando, sedoso de tacto, mordiendo el giro de mi locura.
Mis manos de sombras tocan tu silueta y resiguen tus labios, mientras veo caer la cera de la vela, gota a gota.
Distancias que no se unen, pliegues que se abren en espacios intermedios. Maleables mis muslos en el serpentino susurro de tu furia, contenida, tu furia aplastada en la pared. Incisión en tu mente cuando lamo, muerdo y saboreo mis palabras y... escupo las pepitas en tu cuerpo de luz.
Déjame marcar las notas en mis pasos de aguja! déjame acercarme a ti! para verte en el reflejo, en la hoja del estilete de mi placer. |